Se aproxima (quizás ya estemos inmersos en ella), una de las
mejores épocas del año para pescar con ranas. Quizá, una de las formas de
pescar más apasionantes que conozco. Una técnica, además, que casi no entiende
de peces pequeños, al menos desde mi experiencia.
No dudo que sea una técnica que haga levantar peces todo el
año, pero en mi caso, es a finales de verano y ya inmersos en pleno
otoño cuando mejores capturas y más picadas produce la pesca con esta imitación
del saltarín anfibio.
Y no soy ningún experto en la materia, desde luego. Además,
he tenido la ocasión de pescar con muy pocas imitaciones de ranas. Como digo,
es un señuelo que uso casi exclusivamente en esta época, y durante las jornadas
no son tampoco excesivos los lances que le dedico, a no ser que la jornada se
torne puramente ‘ranera’. Ahora pasaré a explicar cuándo y cómo me gusta pescar
con ranas.
Como casi todos los señuelos de superficie, las ranas suelen
funcionar mejor con la salida o la puesta del sol. Es a última hora de la tarde
cuando más tiempo le dedico. Aún así, algunas de mis mejores capturas con este
señuelo se han producido en plena tarde. Me gusta pescar con las ranas, sobre
todo, en los algueros: son el sitio ideal. Pasándolas por encima de lo más
tupido, las puntas, o por los pasillos que forman las algas. Casi siempre a toda velocidad.
Las puntas de los árboles o la base de un gran tronco son otro de los sitios
idóneos para pasear este señuelo, incluso llegando a golpear la madera. La mayoría de picadas, en mi caso, se han producido por pura reacción.
Si hay una imitación de rana que me tiene completamente
ganado, esa es la Basirisky de DEPS. Y no puede ser más simple, pero ese danzar
de las patitas a toda velocidad los vuelve locos. Es mi rana por antonomasia,
aunque este año me he hecho con una tipo popper, para alguna ocasión que
procure ser más paciente.
La Basirisky me ha funcionado casi siempre mucho mejor
recogida a toda velocidad, y casi siempre los días nublados y con mucho viento
han sido los mejores para su desempeño. Aún así, también me ha dado algún que
otro pez dejándola completamente parada.
Suele ser, además, un señuelo muy selectivo, ya que es un
bocado demasiado contundente para los pequeñajos y supone un gran aporte de
energía para los grandes basses.
Me gusta usarla en momentos de mucha actividad,
para seleccionar grandes peces, y también en esos ratos en los que no se mueve un pez
en el escenario: es en ese momento cuando cojo la rana y la lanzo cuantas más
veces mejor por las zonas que creo pueden albergar un gran pez. Ese danzar
sinuoso de una gran rana puede desencadenar la picada de un pez apático. Esto
puede sonar a contradicción pero, ¿qué en la pesca del bass no lo es?
Las ranas de vinilo son otra de las imitaciones a tener muy
en cuenta para pescar algo más lento con este anfibio. Son una de mis
asignaturas pendientes, aunque ya me hayan dado peces, no he logrado sacarles
ninguno gordo de verdad.
Hablando del equipo a emplear, me gusta pescar con una caña
larga. Yo en concreto empleo una 7´6 Heavy. El sedal es primordial aquí. Lo
idóneo para mi gusto sería emplear un trenzado, aunque yo ahora uso un
fluorocarbono de 20 lb. Mucha gente detesta o no confía en el uso de ranas como
la Basirisky por su dificultad para clavar, dicen. Con el uso de este tipo de
ranas es conveniente, aunque es complicado, aguantar a que el pez tome bien el
señuelo e incluso logré darse la vuelta. Luego, la caña, el hilo, y el poderoso
anzuelo harán el resto. Aunque la adrenalina de ese momento de explosión en
superficie nos juegue a veces malas pasadas.
Os animo a probar la pesca en superficie con ranas, aunque solo sea por la brutalidad de los ataques.
Adjunto un vídeo de algunas picadas a la Basirisky Hard Belly. Son todas de la misma tarde. La primera postura es un árbol que asomaba mínimamente, y que abergaba también algas: ahí el pez engulló la rana después de bastantes lances por las cercanías del árbol. La segunda picada es una de las más comunes, atravesando la fila de algas a toda velocidad y tomando el señuelo justo al rebasarlas. En la última picada el pez toma el señuelo completamente parado en lo más tupido del alguero. Aquel día me dejé la caña heavy de casting en casa y tuve que acoplar una de spinning al carrete de casting con trenzado. Esa última captura tuve que sacarla con las manos, al quedarse trabada en las algas: una situación que sucede a menudo y para la que aconsejo no destensar nunca la línea y acudir lo más rápido posible a las algas para meter el brazo a por nuestro pez.
Espero que todas estas letras y el vídeo puedan ser mínimamente instructivos para alguien.
Espero que todas estas letras y el vídeo puedan ser mínimamente instructivos para alguien.