blogroll

SÍGUEME EN INSTAGRAM

Encontrarás más fotos de cada salida de pesca

NUEVO RÉCORD DE BLACK BASS

Este año volví a batir mi nuevo récord de black bass. Los 3kg ya están más cerca.

BLACK BASS PREFREZA EN PEQUEÑAS MASAS DE AGUA

Una breve explicación de cómo afronto estos días pescando en sitios de pequeñas dimensiones

¿YA NOS OLVIDAMOS DEL SENKO?

Ya no se habla del senko, o se quiere hablar. Modas.

UN BUEN SUSTO

En el momento más inesperado me topé con un enorme barbo que puso a prueba mi equipo

jueves, 23 de julio de 2015

Paciencia

Las temperaturas no bajan lo más mínimo, y la actividad sigue siendo casi nula. Aún así, sigo teniendo esa pizca de suerte para conectar con algún pez grande. El otro día logré sacar el mayor de este verano, un bass enorme y cabezón de 2.300 kg.
Fue a primera hora de la mañana, como suele ser lógico. Se había levantado un día fresco, y soplaba una brisa que siempre ayuda a que la actividad aumente. Después de esa captura la mañana fructificó en algunas picadas de peces pequeños, y otro de buen tamaño que no logré clavar.
Ahora hay poco más que contar. Toca armarse de paciencia y tratar de dar con ese pez que en ese instante puntual entre a comer a nuestras zonas favoritas.
Las fotos son el peor recuerdo del día. No se salva ni una, no hacen justicia a semejante pez.



miércoles, 15 de julio de 2015

Veranazo

Ahora, desgraciadamente, cada vez puedo salir menos. Si acaso una vez a la semana, y esa salida la sigo dedicando al black bass, ¡faltaría más!

La escapada tras los siluros se sigue aplazando, y me da a mi que va para largo. Además, si sigo teniendo la misma suerte en las pocas salidas que hago, nada me va a hacer cambiar de opinión.
La última jornada fue de lo más dura. Suena a tópico, si, pero es cierto. Cuando están fáciles también habrá que decirlo, pero eso será más adelante, no ahora.

Los peces ya están entrando en las zonas que suelen frecuentar por estas fechas, pero se muestran reacios a casi cualquier presentación. Ni siquiera los pequeños estaban activos.
Entramos al agua sobre las ocho de la mañana, pero no fue hasta casi las doce, cuando el sol se mostraba en plenitud cuando conseguí arrancar la primera picada de un pez de talla: un bass que pasó por poco de los dos kilogramos, y que me hizo sudar de lo lindo.




Ya cuando nos dirigíamos a salir del agua, hicimos una última parada, y pude hacerme con otros peces bonitos, largos, delgados, y muy meticulosos a la hora de tomar el señuelo, un swimbait blando.




Y cómo se disfrutan ahora estos peces, qué fuerza. Son unas bestias.
El verano es, sin duda, una de las épocas más bonitas para pescar, difícil, pero preciosa. Y conmigo, de momento, se está portando de nuevo muy bien.