Ya inmersos en pleno marzo, fecha fetiche para las capturas de grandes peces en nuestras aguas, seguí teniendo algunos días entretenidos en búsqueda de algún pez grande de verdad.
El primero de ellos fue un día de pocas capturas, sólo dos, pero ambas de calidad, superando los dos kilos, los dos capturados de la misma manera, con jig, muy cerca de la cobertura de la orilla.
La técnica aquí es sencilla, lanzar lo más pegado posible a la cobertura y traer el jig por el fondo unos cuantos metros. Es una pesca rápida, en la que conviene abarcar la mayor cantidad de agua posible en poco tiempo.
Unos días después pude batir mi récord de bass en un día que no comenzó demasiado bien. Al poco de comenzar partí una de mis cañas, que además, había adquirido hace poco.
El mal sabor se esfumó de mi boca cuando logré hacerme con este bonito bass con un Big Ika. Lancé muy cercano a la orilla y al poco de empezar a tantear el fondo se produjo la picada.
Poco después pude hacerme con otro pez que pasó por poco los dos kilos. Aunque en estos días, cuando los más gordos se mueven, estos de dos kilos justos sepan a poco. La sorpresa del día me la dio una carpa que se quiso comer un Ika.
Al río le dediqué escaso tiempo esta primavera, alto y turbio la pesca se complica mucho y hay otros escenarios que suelen ser más fructíferos en estas fechas. Aún así, una tarde tuve una grata sorpresa en una de las pocas salidas que le dediqué. Otro pez de dos kg que se comió una spinner nada más pasar esta rozando las ramas de un árbol.
El Ika seguía siendo en estas fechas el señuelo que mejor capturas me proporcionaba.
Con este pez cerré el cupo de basses grandes en pre-freza. Aún así tuve algún que otro día para recordar, pero sin ninguna captura que llegara a los dos kilos. Y entre medias algún que otro pez gordo que, o me partía (un 20 lb) o se soltaba en el salto, o no clavaba en condiciones.
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