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martes, 23 de junio de 2015

Sol y peces

En verano DEBEMOS reducir las horas a pescar en nuestras jornadas. Pescar las horas centrales, aquí en Extremadura, es cosa de locos. Hace unos días lo hice, para no volver. Aunque los peces tuvieron un notable pico de actividad cuando el sol estaba en lo más alto, el resto de la tarde, hasta el ocaso, fue un suplicio. Los peces de cierta talla estaban apáticos, y sólo los pequeñajos atacaban nuestros señuelos sin miramientos.
 Los alburnos estaban desaparecidos, y no atisbamos ningún ataque en superficie tras ellos, sin embargo las imitaciones de éste pez pasto fueron lo más fructífero de la jornada. Los mejores peces que pudimos engañar fueron susceptibles a jerkbaits blandos, tomándolos cuando imitábamos movimientos erráticos al principio, y parados al caer la tarde.

La actividad al caer la tarde no supuso un boom de actividad como preveíamos. Aún así, otro bonito pez tomó mi buzzer con agresividad.



Es una gozada pelear un pez de estos en estas circunstancias, están repletos de fuerzas. Uno de ellos se quedó sin posar para la cámara tras partirme la línea al salir disparado hacia una cobertura sumergida. Sé donde está, volveré.

También pudimos mover algún pez que se encontraba agazapado en la cobertura más tupida de la orilla, uno de ellos tras comerse mi cangrejo de vinilo acabó dándome un buen golpe en la cara: es lo que tiene clavar con excesiva fuerza un pez de unos 100 gramos.
En definitiva un día duro de pleno verano, pero en el que los peces, al menos, nos dieron oportunidades.


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