
Desde barca no pican. Ni desde pato, ni desde orilla. Al menos ese día.
¡Qué día!
Un día casi idílico, al menos para nosotros. Finales de marzo, los peces "supuestamente" en prefreza y con la obligación de alimentarse, pensábamos nosotros. Con un sol radiante y una ligera brisa.
El resultado tras tocar minuciosamente multitud de enclaves del embalse fue de cero. Y no fue por no intentarlo. Estructuras de profundidad, puntas principales, secundarias,...