Ayer me enfrenté a la primera jornada del año tras el
blackbass sabiendo que, como siempre en estas fechas, arrancar simplemente una
picada iba a ser harto complicado. A decir verdad, iba con más esperanzas dado
este suave invierno, aunque el día en concreto no acompañaba demasiado: las
temperaturas habían bajado ligeramente y las nubes y la lluvia nos incomodarían
buena parte de la jornada. Aún con esto, el día fue de lo más entretenido.
Nada...