
Las temperaturas no bajan lo más mínimo, y la actividad sigue siendo casi nula. Aún así, sigo teniendo esa pizca de suerte para conectar con algún pez grande. El otro día logré sacar el mayor de este verano, un bass enorme y cabezón de 2.300 kg.
Fue a primera hora de la mañana, como suele ser lógico. Se había levantado un día fresco, y soplaba una brisa que siempre ayuda a que la actividad aumente. Después de esa captura la mañana fructificó en algunas...